domingo, 10 de noviembre de 2019

Denuncia a la Prostitución en la Marginalidad




La prostitución es la práctica de mantener relaciones sexuales con otras personas a cambio de dinero u otros beneficios económicos. Es ejercida mayoritariamente por mujeres cis y trans (llamadas «prostitutas»). La prostitución es hoy objeto de ásperas confrontaciones centradas en los regímenes político-jurídicos (abolicionismo frente a reglamentarismo). 

Es preciso tener en cuenta que la Prostitución en la marginalidad es una respuesta a una realidad social que está intimamente ligada a 2 cosas:
1) A la identidad femenina que está en la pobreza.
2) A las identidades trans.

1) Comencemos con la primera: la prostitución es históricamente y aún hoy una institución patriarcal, sostenida sobre el deseo y el poder sexual de los varones; se basa en la asimetría entre varones y mujeres, y aun en los circuitos homosexuales o transexuales los que pagan por sexo son varones. Además, la mayoría de las personas prostituidas son feminizadas.
Algunos autores afirman que ciertas conductas sexuales sean caracterizadas como actos de prostitución no depende de esas conductas en sí mismas, sino del modo de percepción y definición social de ellas. También se sabe que hay quienes consideran prostitutas a las mujeres promiscuas, a las secretarias que se acuestan con sus superiores para ascender en su carrera o a la mujeres casadas que mantienen relaciones sexuales a cambio de dinero o beneficios. Probablemente, la asociación más reiterada es la de matrimonio y prostitución. 
Paola Tabet, antropóloga italiana, remarca la existencia de un continuo entre matrimonio y prostitución, ya que en ambas instituciones existirían intercambios económicos y sexuales entre mujeres y varones. La diferencia es que en el matrimonio las mujeres proporcionan también otros servicios, mientras que en la relación prostitucional se limitan a los servicios sexuales. Tabet reconoce además otras diferencias, tales como las modalidades de relación, las formas de contrato, la duración, etc.
El texto de Tabet apareció en Les Temps Moderns en 1987 y, según ella misma explicó, la idea generó rechazo en muchos auditorios occidentales. Basada en sus estudios en sociedades no occidentales y también, en el pasado, en las occidentales, dice de manera clara que "el sexo es el capital de las mujeres, su tierra, y que ellas deben utilizarlo de manera adecuada".
Lo que está claro es que en sus argumentaciones reconoce la asimetría entre varones y mujeres, ya que solo las mujeres brindan "servicios sexuales" y quienes pagan son varones, lo que implica una sexualidad subordinada.
En cambio, quienes pagan no reconocen la misma urgencia, la misma necesidad y la misma autonomía sexual de la otra persona, quien pone su sexualidad al servicio del otro, lo que tiene como resultado la renuncia de las mujeres a sus propios deseos sexuales.
Es el uso del cuerpo de una mujer por parte de un hombre para tener sexo, él paga dinero, él hace lo que él quiere. El minuto en el que te alejás de qué es realmente, te alejás de la prostitución y te adentrás en el mundo de las ideas. Te vas a sentir mejor; vas a pasar un mejor momento; es más divertido; hay muchísimo para discutir, pero vas a estar discutiendo ideas, no prostitución. La prostitución no es una idea. Es la boca, la vagina, el recto, penetrados usualmente por un pene, a veces por manos, a veces por objetos, por un hombre y luego por otro, y luego por otro, y luego por otro, y luego otro. Eso es lo que es.

2) A las identidades trans: Tanto empresarios como dueños de pequeños emprendimientos, en su mayoría no elijen contratar personas trans, sigue existiendo la transfobia y la discriminación hacia personas que no se identifican con su sexo asignado al nacer. De la misma forma, muchas de éstas personas (trans) fueron discriminadas ya mucho antes de siquiera intentar entrar al mundo laboral, muchas de ellas son rechazadas y excluídas de sus propias casas.
En este contexto, se vuelve necesario explorar qué dimensiones son tenidas en cuenta por los diversos proyectos de ley de cupo laboral y por aquellos incluso, que ya están en vigencia. En el actual contexto de vaciamiento del Estado, resulta ineludible revisar qué estrategias pueden ser puestas en práctica para lograr el cumplimiento efectivo de aquello que la ley nos garantiza o podría garantizarnos.
Actualmente sólo existen proyectos de cupo laboral vigentes en la ciudad de Rosario y en la provincia de Buenos Aires. En septiembre de 2015, la legislatura de la provincia de Buenos Aires aprobó una ley que establece el cupo de al menos 1% de empleo de personas trans en el sector público. Cabe destacar que ante el no cumplimiento efectivo de lo establecido, reciéntemente un frente de organizaciones se conformó para demandar por la Reglamentación de la Ley “Diana Sacayán” de Cupo Laboral Travesti Trans de la provincia de Buenos Aires. Entre los pedidos comprendidos en la demanda de reglamentación se consideró que el decreto reglamentario establezca que el nombre de ley sea “Diana Sacayán”, que se garantice un proceso de acompañamiento a las personas que ingresen a sus puestos de trabajo, que se tenga en cuenta un mecanismo inclusivo en relación a la idoneidad y antecedentes penales y garantizar el acceso al trabajo a personas trans y travestis migrantes de modo de acceder al cupo luego de tramitar el primer paso en la regulación migratoria en Argentina.
A su vez, el Concejo Municipal de Rosario, aprobó el 19 de mayo pasado el cupo laboral para las personas trans, con 20 votos a favor y una única abstención por parte del PRO. En otros puntos del país, distintos proyectos de ley están tratando de lograr igual suerte. Entre ellos, el presentado por el legislador Marcelo Lugones (UCR) para Santiago del Estero en marzo de este año, al que a su vez suscribió en mayo la diputada por Chajarí (Entre Ríos), Gabriela Lena. Otros ejemplos son el que llevaron adelante la Federación Argentina Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) y ATTTA a través de la legisladora porteña, María Rachid, para la ciudad de Buenos Aires, así como el proyecto de inclusión laboral trans pensado a escala nacional, presentado por el Partido Obrero o el que formuló Angélica Lagunas (PTS-FIT) para la provincia de Neuquén en diciembre de 2014. En los últimos días del mes de julio, la organización local Devenir Diverse presentó en el Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba un proyecto de ordenanza de Promoción del Empleo Formal para Personas Trans. El mismo establece entre sus principales puntos la incorporación progresiva de personas trans a la planta de trabajadorxs municipales hasta llegar a una proporción mínima de 3%. Propone además la creación de un sistema de incentivos fiscales para promover también la inclusión laboral en el sector privado.

 Con respecto al debate “Abolicionismo o Reglamentarismo”, fui gestando una postura. Aclaro que es sumamente personal y tampoco digo que yo tenga la verdad absoluta ni mucho menos. Por mi parte y por todo lo que desarrollé en esta denuncia, pienso que:

A mí también me encantaría que no exista la prostitución, el abolicionismo de ésta práctica sería lo ideal. Pero es clasista posicionarse en el abolicionismo AHORA, YA, Así como estamos que no hay cupo laboral para las mujeres trans, cuando a las pibas no les queda otra.
Se construye el abolicionismo construyendo derechos humanos para las chicas cis y trans que están en la pobreza. A partir de ahí se puede empezar a pensar el abolicionismo. Se construye abolicionismo, primero que nada: construyendo inserción laboral y social y políticas públicas que respalden ese régimen. Mientras tanto, hay que reglamentar.


















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